¿Quién teme a Raúl González?

El Madrid es una paradoja de si mismo. Se bate a trompazos con el vicecolista, como si se tratara de un partido callejero. Obviamente, esa no puede ser la imagen de un líder o un aspirante al título. Más parece un matón del barrio de la Liga, que quiere demostrar que sus trompazos son más fuertes que sus rivales.

Mientras tanto, la atonía en su juego, los vaivenes, los baches, las lagunas tácticas y la repeticiones de errores de Schuster se suceden condenadamente tercos. ¿No se habrá dado cuenta ya a estas alturas que jugar Sneijder y Van der Vaart, y con Gago, cubriéndoles las espaldas, es condenarse a sufrir sin balón, castigar defensivamente al conjunto?

Por si fueran pocos los problemas, Schuster crea otro conflicto precisamente con el mejor jugador del equipo. Es posible que Sergio Ramos haya metido la pata, pero ha dicho la verdad. Y Schuster se lo ha tomado como lo que es, la verdad. Que el equipo está descompensado tácticamente y que es un desastre. La verdad ha encolerizado a ese ario soberbio y prepotente que es Schuster.

Cualquiera que conozca la obra teatral "¿Quién teme a Virginia Woolf?" se habrá dado cuenta de que Raúl confunde sus ilusiones con la realidad. El Madrid volvió a jugar con uno menos y el grado de ineptitud al que ha llegado ya no es perpléjico. Es vergonzoso. Si de verdad Raúl quiere al Madrid debería apartarse discretamente y sin exigir retórica. ¿Quién teme a Raúl González? Me temo que demasiada gente.

El Athletic dejó unos defectos de siniestro defensivos apabullantes. Tiene una retaguardia que es un puñetero y simple coladero. Y mucho me temo que si Llorente no sale de ese equipo, una vez más se repetirá el caso de Julen Guerrero, que vió quebrada su progresión por no salir de Bilbao, como ya es evidente en Yuste, totalmente atascado en la suya propia.

Pero el Valencia aún es líder. Aunque un solo punto en Huelva es demasiada mezquindad. Todavia no hemos visto a Villa y compañía ante un grande. Ese primer encuentro será descubridor.

Hazaña rojiblanca al máximo estilo del 'pupas'. Pero el Atlético ya no sólo es un equipo incalificable. Es incomprensible, absurdo, estúpido, genial. No se le puede codificar. Es un enigma absoluto.

Lo que si está meridianamente claro es que el Barcelona es el supremo favorito de la Liga, a pesar de que el trecho sea muy largo. Sólo un cataclismo, un suicidio colectivo o un 'crash' de Laporta pueden detener el vistoso y brillante paseo militar azulgrana. (Fuente: Diario El Mundo)